Adenoides y amígdalas grandes en niños: cómo afectan la respiración y el sueño
- Dra. Alejandra Ruiz

- 21 oct
- 2 Min. de lectura
Las adenoides y amígdalas son parte del sistema inmunológico de los niños y ayudan a defender el cuerpo de infecciones. Sin embargo, cuando crecen más de lo normal, pueden causar problemas para respirar, ronquidos y alteraciones del sueño, afectando la calidad de vida del pequeño.

¿Qué son las adenoides y las amígdalas?
Las amígdalas están ubicadas en la parte posterior de la garganta, mientras que las adenoides se encuentran más arriba, detrás de la nariz. Ambas estructuras ayudan a detener virus y bacterias que entran por la boca o la nariz, pero en algunos niños aumentan de tamaño de forma excesiva debido a infecciones repetidas o alergias.
Síntomas más comunes
Cuando las adenoides o amígdalas están agrandadas, pueden presentarse síntomas como:
Ronquidos fuertes o pausas al respirar durante el sueño (apnea del sueño).
Respiración por la boca en lugar de por la nariz.
Voz nasal o gangosa.
Infecciones respiratorias frecuentes.
Dificultad para tragar o hablar.
Sueño inquieto y cansancio durante el día.
Estos síntomas pueden pasar desapercibidos, pero si son constantes, es importante consultar con un especialista.
Consecuencias en la salud y el desarrollo
Las adenoides y amígdalas grandes no solo afectan la respiración, sino también el descanso y el crecimiento del niño. La falta de oxígeno y el mal dormir pueden provocar:
Bajo rendimiento escolar.
Cambios de humor o irritabilidad.
Falta de concentración.
Problemas en el desarrollo facial y dental.
Un niño que no duerme bien no descansa ni se desarrolla adecuadamente.
Tratamiento
El tratamiento depende del grado de obstrucción y de los síntomas:
En casos leves, se pueden usar medicamentos o tratamientos para alergias.
Cuando las estructuras están muy crecidas o hay apnea del sueño, el médico puede recomendar una cirugía para retirar las amígdalas (amigdalectomía) o las adenoides (adenoidectomía).
Estas cirugías son seguras y efectivas, y los niños suelen recuperarse rápidamente, notando una mejora importante en su respiración y descanso.
Conclusión
Si tu hijo ronca, respira por la boca o tiene infecciones frecuentes de garganta, podría tener amígdalas o adenoides grandes. Un diagnóstico a tiempo evita complicaciones y mejora su calidad de vida.
Para una valoración profesional y un tratamiento adecuado, acude con la Dra. Alejandra Ruiz, especialista en otorrinolaringología infantil, quien podrá evaluar a tu hijo y ofrecer la mejor solución para que vuelva a respirar y dormir bien.









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